Cuando las personas llegan a la edad de jubilación, a veces la pensión no resulta suficiente. Existen los planes de pensiones, pero hay muchos españoles que no han podido ahorrar suficiente como para permitírselos. Por eso, hay diferentes formas de mejorar su nivel de vida si tienen una casa en propiedad: a través de la hipoteca inversa o la renta vitalicia inmobiliaria.
¿En qué consiste cada una? Como ya comentamos anteriormente mediante la hipoteca inversa, el cliente recibe una pensión hipotecaria a modo de cuota mensual por la venta progresiva de su casa al banco. Por su parte, la renta vitalicia permite al cliente cobrar una cantidad de dinero mensual y seguir viviendo en la casa, pero la titularidad del inmueble pasa a manos de la sociedad de inversión. Una jubilada que ganara 875 euros al mes de pensión con la hipoteca inversa llegaría a ganar 1.525 euros, mientras que con la renta vitalicia esta cantidad mensual ascendería a 1.825 euros.
¿Cuál nos conviene más contratar? Veamos las ventajas e inconvenientes de ambas:
La hipoteca inversa conserva la titularidad de la vivienda en manos del cliente, aunque la cantidad recibida a modo de pensión mensual es menor y el precio de contratación es elevado, ya que el cliente tiene que correr con esos gastos (registro, notarios, etc.).
La renta vitalicia, por su parte, ofrece entre un 25% y un 40% más de dineroque la hipoteca inversa al mes, pero es una operación irreversible que hará que la titularidad del inmueble sea irrecuperable.
Por otro lado, fiscalmente, la hipoteca inversa no se ve afectada por el IRPF, puesto que no tributan a Hacienda, mientras que con las rentas vitalicias Hacienda cobra un impuesto que actualmente está fijado en un porcentaje que depende de la edad del titular en el momento de empezar a cobrar la renta. Además, el Impuesto de Sucesiones y Donaciones reduce el valor de la vivienda debido al crédito consumido.
La evolución de la sociedad española cada vez hace más inviable el sistema de pensiones, ya que la esperanza de vida de los mayores se alarga y los jóvenes se incorporan al mercado laboral cada vez más tarde. Por eso, estos productos financieros pueden ser buenos recursos para ayudar a las personas a mejorar su nivel de vida.